Aquí posa la musa karmele entre sacos de estiercol de oveja (y paja) que amáblemente nos donó el señor diablo de sus ovejitas:

Nos parecía mucha mierda al cargar la furgo de jésús, pero después de esparcirlo y mezclarlo, creo que no le supo a mucho al huerto. Puede que nuestra percepción se viese alterada por las n rondas de botellines más el vinazo de la tierra.
En cualquier caso, seguiremos estercolando
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